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ARCERA Y EL LOBO: ORDENANZAS DEL CALLEJO DE LOBOS Y CUENTO DEL LOBO DEL CULO PELAO

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ORDENANZAS DEL CALLEJO DE LOBOS DEL CONCEJO DE LOS CARABEOS 1794

(…) Eso me hizo recordar un texto con el que tuve oportunidad de trabajar hace ya un tiempo. Uno de esos documentos achacosos, ajados por el tiempo, con folios que crujen al pasarlos y, sin embargo, aparecen perfectamente conservados cientos de años después de haberse escrito (supongo que sobre esto se podría sacar alguna enseñanza, pero ese es otro tema). Eran las Ordenanzas del callejo de lobos del concejo de Los Carabeos, fechadas en el año 1794.

Los callejos de lobos eran muy frecuentes en la Cantabria histórica. Básicamente hablamos de trampas en forma de cuña que se iba estrechando cada vez más hasta terminar en un foso. Diferentes batidas de vecinos (porque la caza de los depredadores era una actividad vecinal, que se llevaba a cabo por todos y en beneficio de todos) iban aventando jaurías, dirigiéndolas a la trampa, espantándolas para que huyeran en dirección al pozo de su final. Una vez allí los animales eran alanceados y dados muerte. De estos «cepos tridimensionales» aun se pueden ver restos, por ejemplo, en los montes de Novales…

En esas ordenanzas que antes citaba todo el proceso aparece perfectamente delimitado, desde quién debe de hacerse cargo de la compra de pólvora para la primera parte del acoso hasta la distancia mínima a la que niños y mujeres (sí amigo, vayan quitándose de la mente la idea del matriarcado histórico en Cantabria) tienen que situarse para no sufrir daños. La hora de la batida, el lugar donde se reúnen los batidores (por si a alguien de la zona le interesa eran, respectivamente, los sitios de El Campo en Los Carabeos, el Campo de la Hoya en Riconchos y el Campo de San Roque en Arcera), el mantenimiento anual del callejo o las multas por no acudir a este oficio obligatorio están exquisitamente reguladas en este valioso documento. Y también, claro, el reconocimiento al carácter astuto, casi sobrenatural, del lobo. Que nadie encienda fuego durante las mangas, pues huirán. Que nadie quiebre rama o corte leña en día de callejo porque el lobo, el inteligente lobo, el poderoso lobo, lo escuchará, lo sentirá, lo palpará… y huirá.

Las ordenanzas concejiles fueron cuerpos legales de carácter local que durante toda la Edad Moderna y Contemporánea (y aún antes, y después) rigieron la vida diaria en los pequeños núcleos rurales de Cantabria. Cada pueblo tenía sus propias ordenanzas, e incluso algunos espacios comunes, como los callejos de lobos, contaban también con ellas. La figura del lobo aparece frecuentemente citada, con una mezcla indisimulada de temor, odio y respeto. Respeto por su perspicacia, por ese carácter casi sagrado que se le ponía de tan sutil, de tan intuitivo. Y temor por los ataques, a ganado, sí, pero también a personas, a sarrujanes, a niños. Y en muchos de esos textos se documenta, meticulosamente, el premio que tiene quien mate a un lobo. Más si es un macho adulto o una hembra preñada. Menos por cada cachorro. Más si es invierno, menos si es verano. Y etcétera. (…)

De lobos, urbanitas y filósofos. Marcos Pereda. El diario.es, 09/01/2016,

http://www.eldiario.es/norte/cantabria/primerapagina/lobos-urbanitas-filosofos_6_471462865.h

LOBO-DEL-CULO-PELAO

EL CUENTO DEL LOBO DEL CULO PELAO.

Iban unas mujeres por el camino de Trasdecampo a La Aldea a las bodas del Tío Perico e iban cantando:

“Al lobo no tememos, al lobo no tememos”;

cuando en medio del camino, les salió el lobo y les pregunta:

– “¿Dónde vais?, tengo mucha hambre y os voy a comer”.

-Vamos a La Aldea muy deprisa a la boda del Tío Perico; mira que brazos tenemos, espera a que volvamos, que habremos comido bien y estaremos más gorditas”.

Al volver de la fiesta

– “Lalarararita voy pa mi casita”, les salió de nuevo el lobo:

¿de dónde venís?

De las bodas del Tío Perico.

Pues ahora sí que os voy a comer.

¡Uhiii!, mira, por ahí atrás vienen unos hombrones con unos escopetones preguntando por el lobo del culo pelao.

¡Ah porra, que yo soy!

Y echó a correr.

ARCERA y AROCO EN EL MADOZ

SANTANDER.Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar 1845-1850”

Pascual MADOZ

Edición facsímil ÁMBITO/ESTUDIO 1995

 

ARCERA y AROCO: L. en la prov. de Santander, part. judicial de Reinosa, dióc., aud.terr. y  c.g. de Burgos, ayunt. de los Carabeos: SIT. En el valle de Valderredible cerca de la márg. der. del Ebro. Tiene 1 igl. parr. Titulada de Sta. Cruz y servida por 1 cura. Confina su TÉRM. por N. con Cardenosa, por E. con Rasgada y el espresado r., por S. con Coroneles y Villanueva de Lania, y por O. con Navamuel. En él se encuentra 1 mina, que presenta señales de haber sido esplotada en la antiguüedad, cuyos trabajos, juzgando por la sólida construcción de 1 estensa bóveda que la atraviesa, quieren hacer llegar algunos hasta el tiempo de los romanos: PROD: cereales, algunas legumbres y caza: POBL.: 44 VEC., 116 alm.: CONTR. con el ayuntamiento.

MONTEZUCO-NIEBLA

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE ARCERA

“DICCIONARIO DE CANTABRIA. Geográfico-Histórico-Artístico Estadístico y Turístico

Pedro Arce Díez

Ediciones de Librería ESTUDIO 2006

 

ARCERA.-Lugar del municipio de Valdeprado del Río y Partido Judicial de Reinosa, que dista 4,5km a la capital de su municipio y tiene 22 habitantes. Su altitud es de 960 m y posee un robledal de Quercus faginea. CP 39213.

Aún conserva las ruinas de la vieja ermita románica de San Pantaleón, muchos de cuyos restos fueron aprovechados para las tapias de este lugar de Arcera de Abajo; edificada a finales del XII o principios del XIII, tenía doble arcadura de troneras de arco apuntado con guardapolvos de baquetón y una puerta de arco apuntado con arquivoltas en el hastial sobre el que también existió una espadaña. Bajo los cimientos de estas ruinas aún afloran las tumbas de lajas de un enterramiento altomedieval (siglos VII al XII), que fueron excavadas en 1986 por Carlos Lamalfa, con tres niveles de enterramiento y donde han aparecido un conjunto de estelas funerarias altomedievales, que se encuentran en el Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria; una de ellas posee una serie de grabados en forma de laberinto.

La iglesia parroquial de la Santa Cruz; situada en Arcera de Abajo, es una iglesia del siglo XVI, aunque aún conserva restos del antiguo edificio románico tardío, como la puerta de arco apuntado con sencillas arquivoltas; tiene ábside abovedado y el resto cubierta de madera, con una torre barroca y un interesante retablo del siglo XVII (1670), en el que destaca el grupo del Calvario, que es del siglo XVI.

En Arcera de Arriba se encuentra la iglesia de San Miguel, edificada a finales del siglo XII o principios del XIII, con ábside rectangular, pórtico y espadaña de tres cuerpos y tres troneras de arco apuntado y molduras en el hastial; sobre el arco triunfal lleva otra pequeña espadaña, con una tronera; las cornisas tienen sencillos canecillos y el ábside se cubre con una bóveda de cañón apuntado y nave con bóvedas. Su cementerio también es románico, con inscripciones y leyendas y un elevado ciprés.

En este lugar hubo uno de los muchos molinos de este municipio., El Lanchón, que se convirtió a partir de 1844 en fábrica de harinas.

ARGUMA-WEB

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